Tenía nueve años la primera vez que me senté…
POESÍA | Selección de “Pasar la sal en la mano” de Catherina Campillay
sobre el futuro de las carreteras
no has visto la mañana por eso sabes
algo no aparece en radiografías
va avanzando por alguna parte
le tienes nombre pero callas
y de esos caminos quedarán
vías terrestres
ruinas de esto
vitrina de venas plastificadas
nos vamos se quedan los niños
buscan los parabrisas
tiran piedras desde las pasarelas
risas evidencia de que saben
ellos se quedan
vamos en retirada
horario de visitas
aquí dentro no hay nada para regar
en carreras apuesto al segundo tercer caballo
acaricio un moretón sin saber de dónde vino
duele al cruzar las piernas
para no leer siempre el mismo horóscopo
llevaba revistas nuevas
a la sala de espera
este ejercicio de rescatar algas
—con amor y cuidado—
que llegan a este lado como techos
castillos sin código postal
en una pieza húmeda
en un par de lentes perdidos
en no conocer el jade de cerca
del que tanto escriben los chinos
pensar que su color
se parece a algo que haya visto
el agua de la que hablas
cuando los puentes se quiebran
más dulce que el agua de la llave
aún así no puedo tomar la suficiente
el amor lo calculas
suma de las migas que se quedan en tu chaleco
con las que a manotazos tiramos a la alfombra
confiando en que desaparecerán al caer
no hay reconciliación
entre el concreto y las toallas
mojadas que acumulamos por ahí
ritual contra los incendios forestales
hay ríos que desembocan en peladeros
libros ilustrados enciclopedias
acumulan polvo
otro cerro que siempre estaba en llamas
pero de este lado las fortalezas
evitan la multiplicación de pinos
a veces los ríos desembocan en peladeros
nos lavamos los pies
esperamos que la arcilla se endurezca
debajo de las uñas
entre dos lomas hay una palma
que no sabe dar miel
se quemó todo alrededor de los caminos
árboles se partieron por la mitad
el carbón no sirve para comer
con basuritas armamos torres de alta tensión
para iluminar la punta del cerro
este juego termina cuando una avenida
ya no parece la misma
y encuentras un cuaderno
donde anotabas los días entre incendios
ducha fría
costras de bálsamo se acumulan en la baldosa
vacas pastan fuera de la farmacia
espacio entre ambos sin transitar
por ahí pasamos todos los días
evitamos cucarachas durante los meses del calor
no creímos necesario comprar un ventilador
hoy dejamos que el mes nos caiga encima
ropa hecha a medida
para cuando el sol baje
y juguemos a olfatear una ruta de vuelta
clarividencia
cuando pueda nombrar todos los tiempos
medir minutos será cosa de orgullo
de aquí a los días futuros
habrán silencios largos
llantos de guaguas en salas de espera
virus sincicial
palabras que no se terminarán de formar
cuando las interrumpa una bocina
aceite de maravilla
formará pozas bajo nuestros pies
Catherina Campillay
Catherina Campillay Covarrubias (Viña del Mar, 1994)Egresada de Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile. Diplomada en Edición por la Universidad Diego Portales. Becaria del taller de la Fundación Neruda el año 2017. Actualmente trabaja en D21 Proyectos de Arte y es asistente editorial de Pequeño Dios Editores. Publicó el fanzine objetos descontinuados (Microeditorial Amistad, 2017). Sus poemas fueron antologados en Entrada en materia: 17 poetas jóvenes chilenos" (Altazor, 2014). Acaba de adjudicarse la Beca de creación del Fondo del Libro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes 2018 para su obra "pasar la sal en la mano".